Fernando tenía 19 años la primera vez que un oficial de Fuerza Pública lo requisó en la vía pública. Se encontraba con 2 amigos cuando un grupo de oficiales se acercaron para hacer un “procedimiento rutinario en el que elegían personas al azar”.
Esta es la realidad que viven decenas de costarricenses a quienes se detiene en plena vía pública y se le registran sus pertenencias sin ninguna explicación.
La situación vivida por estas personas no corresponde a lo que dictan los protocolos y procedimientos que deben seguir los oficiales para revisar a una persona, sobre la cual debe existir una sospecha.
Según explicó Marlon Cubillo, director de la Fuerza Pública de San José, deben haber “indicios de que una personas está ocultando un objeto relacionado con un delito o de que esté portando armas de fuego o armas blancas”.
Para esto existe un sistema de vigilancia a través del cual se emiten alertas cuando se rompe la ley en la ciudad. Por ejemplo, si hay un asalto y se emite una alerta del sospechoso, las personas que coincidan con la descripción de este podrían ser requisadas.
“Una de las características (de una requisa) es que a la persona se le informe que es lo que el oficial va a ir a hacer, si nos informan que se observó que la persona está consumiendo o trazando droga, el oficial va a llegar a preguntarle que si porta algún tipo de droga”, explicó Cubillo.
En caso de que se incumplan estos parámetros el ciudadano solo puede presentar una denuncia ante el Ministerio Público en la que detalle las acciones del oficial.
“Cualquier ciudadano que se sienta afligido o molesto por el actuar de un oficial debe presentar la denunica correspondiente, ya le corresponderá al Ministerio Público determinar si la conducta que mostró la autoridad es abusiva”, agregó el director.
Es importante tomar en cuenta que resistir la revisión podría ser perjudicial, pues el oficial va a “seguir el protocolo dependiendo de la sospecha o indicio que se tenga sobre la persona”, concluyó.