Hablar de flores biónicas o generadoras de energía podría parecer salido de una película futurista de ciencia-ficción.
Sin embargo un grupo de investigadores de la Universidad de Linköping, en Suecia, hicieron un experimento mediante el cual las plantas podrían convertirse en aliadas de la generación de energía y transporte de combustibles.
Estos investigadores lograron insertar un sistema de cables dentro de una rosa, creando un circuito cerrado. Hasta el momento solo se ha avanzado teóricamente en la investigación, pero se cree que esta podría tener aplicaciones en la generación y almacenaje de fuentes de energía, sin necesidad de extraerlas del suelo.
Los métodos y conceptos utilizados por estos investigadores ya son parte de muchas disciplinas similares, pero la aplicación prácticamente abrió un nuevo campo de trabajo.
Este avance fue logrado mediante la inserción de un material conductor de electricidad en el sistema vascular de una rosa. Lo primero que hicieron fue sumergir la rosa en el polímero “PEDOT”. Este plástico es como una gelatina que se puede disolver en agua y solidificarse más tarde.
Luego de dos días, se retiraron las capas exteriores de la flor hasta hacer visible el cableado de la rosa. Algunos de los cables llegaron a medir 10 centímetros.
“La rosa por sí misma tiene una muy baja conductividad. Con la que le añadimos introduciendo el polímero, logramos 0,13 S/cm (siemens por centímetro, unidad de medida de la conductividad), lo que es suficiente para crear un circuito dentro de la rosa”, dijo Magnus Berggren, principal autor de la investigación, publicada en Science Advances.
Luego de descubrir el cableado y medir la conductividad de la flor, se realizaron otros experimentos con el fin “lograr células de biocombustibles y baterías dentro de plantas vivas”, explicó Berggrer.
La investigación en la materia aún está iniciando, pero ya se ven múltiples usos para esta nueva técnica.